jueves, 20 de agosto de 2009

GOETHE, FRIEDERIKE BRION, EL SOL Y EL AMOR EN EL POEMA "MAILIED"










A la derecha, retrato de Friederike Brion, la bella mujer alsaciana que hechizó a Goethe y le hizo escribir el poema „Mailied“ y otros trabajos llenos lirimo. Nótese la vestimenta de la época típica de la región de Alsacia. A la izqierda, el retrato de Goethe dibujado por Friedrich Bury (1800).





Hoy los termómetros de la ciudad de Karlsruhe han continuado apuntando el rumbo del verano `a toda vela` en Alemania. Hoy hemos tenido 36 grados centigrados: el calor y la luz hacen del mes de agosto un pletórico lugar para sentarse a la ribera del río Rin o del Neckar, cerrar los ojos después de cada lectura (debajo de un árbol por supuesto) y respirar el aire fresco del bosque y de las aguas que siguen fluyendo como cuando Johann Wolfgang von Goethe escribiera el poema „Mailied“ que ahora abordamos.


Como de ríos hablamos les cuento que acostumbro a visitar un pequeño riecillo que cruza la ciudad de Karlsruhe (donde vivo): Alb, se llama (1). Qué paradójico suena pensar ahora en el imponente Amazonas, río que tanto añoro y respeto por su alocado serpenteo. Si Goethe lo hubiera visto, sabe Dios que hubiera escrito sobre él. Continúo: Les contaba que hoy ha hecho tanto sol, tanto, que mirarlo de frente podría haber causado la pérdida momentánea de la visión. En esas circunstancias, aquel poema de Goethe que me mola un mogollón, ha vuelto a aflorar como una enredadera por la esquina más escondida de mis recuerdos.


Me supongo que Goethe lo escribió en un inmenso estado de alegría en un mes de mayo de hace siglos (1775), bajo un sol intenso derramando su luz primaveral y anunciando el solsticio que el poeta barruntaba. Como ahora ya estamos en el ecuador de la canícula, el poema „Mailied“ no tiene nada de irrespetuoso traerlo a colación en agosto. Si no, pues que me disculpen las Diosas de Lesbos. No me gustaría jalarme los mechones con los amantes de la naturaleza ni con los meteorólogos o profesionales del ramo por comparar mayo con agosto. Mayo es mayo y agosto es agosto, que banal es repetirlo, pero como yo no guardo pan para mayo porque me lo como en agosto, aquí voy, y vuelvo al poema de Goethe.


„Mailied“ es un poema que tiene una bella cadencia musical en su idioma, el alemán. El primer verso termina en „leuchtet“ (que es el verbo brillar en presente conjugado en la tercera persona del singular) y el tercero en „Sonne“ (que significa sol, cuyo artículo es femenino, die Sonne –la sol- , asunto muy raro para las culturas castellanoparlantes).


El segundo verso finaliza en „Natur“ (naturaleza) y el cuarto en „Flur“ (campiña). Estos primeros cuatro versos son una declaración de amor a la naturaleza y al astro rey, pero, sobre todo, a la madre tierra. Estamos en mayo, no se olviden. En Europa, en un día de mayo de 1775 (me supongo) se acaba de alejar el invierno y Goethe lo celebra enamorado cantando a la naturaleza y al amor de esta manera. Atrás quedó el frío y la nieve, que como decía Eliot en ese rotundo verso refiriéndose al mes anterior de mayo: „abril es el mes más cruel, (porque) hace crecer lilas de la tierra muerta“.


Desde el verso 12 al 24 el poeta aborda el amor y a la mujer amada. El poeta se revuelca de felicidad en él. La plenitud de sus sentimientos hacia la mujer fluye en esta parte por todos lados,y , se lee el sustantivo „ganas“ (Lust).


Lo admirable de este poema es su sencillez, pero en esa sencillez esconde su valor intrínseco: habla con belleza de las cosas más comunes y serás universal. En la tercera estrofa aparece la mujer amada, el epicentro de su alegría. A ella se vuelca el autor exaltando su amor hacia su figura y enfatizando la hermosura de sus ojos al mirar. El poema transcurre entre la simbiosis que forman las palabras: naturaleza y mujer, belleza y amor. La mujer es la felicidad y la naturaleza la belleza y viceversa.


En la última estrofa, el yo lírico, aparece apuntando directamente al corazón de la persona a la que va dirigida el poema. Recuerden que Goethe está enamorado, y salta de júbilo viendo la belleza de la naturaleza y contemplando a la mujer amada (acababa de romper su relación con Lili Schömemann). Se dice que esa mujer es Friederike Brion, la hija de un párroco de Sesenheim (2) en la Alsacia, cerca de Estrasburgo. Nunca había visto una foto de esa tal Friederike (3), hasta que una vez encontré una, la que arriba copio, empero puedo entender sobremanera al poeta nacido en Fráncfort del Meno (4) porque mayo es un mes mágico para enamorarse. El „verde que te quiero verde“ que cantaba el español García Lorca insufla de belleza a la naturaleza y mimetiza a los seres cuando se enamoran. En la Europa del norte es indescriptible la belleza que se experimenta al sentir los cambios trascendentes de las estaciones, cosa muy diferente que en el sur (no comparado –por respeto- al verdor de la Amazonía).


El poema es rico en simbología (5): una rama, la nube, el campo,el pecho, la alondra, la nube, la juventud, el valor. En él se repite cuatro veces el verbo amar y una el sustantivo amor; dos veces la palabra sol y muchacha. Al poema mejor hay que leerlo, o releerlo, porque en su relectura está el gusto para saborear intensamente un verso, y, bien que vale la pena, así sea en agosto o en abril, leer este hermoso poema de Goethe (4).



MAILIED

Wie herrlich leuchtet
Mir die Natur!
Wie glänzt die Sonne!
Wie lacht die Flur!


Es dringen Blüten
Aus jedem Zweig
Und tausend Stimmen
Aus dem Gesträuch


Und Freud und Wonne
Aus jeder Brust.
O Erd, o Sonne!
O Glück, o Lust!


O Lieb, o Liebe!
So golden schön,
Wie Morgenwolken
Auf jenen Höhn!


Du segnest herrlich
Das frische Feld,
Im Blütendampfe
Die volle Welt.


O Mädchen, Mädchen,
Wie lieb ich dich!
Wie blickt dein Auge!
Wie liebst du mich!


So liebt die Lerche
Gesang und Luft,
Und Morgenblumen
Den Himmelsduft,


Wie ich dich liebe
Mit warmem Blut,
Die du mir Jugend
Und Freud und Mut


Zu neuen Liedern
Und Tänzen gibst.
Sei ewig glücklich,
Wie du mich liebst!



Johann Wolfgang von Goethe



Qué hermoso

Me brilla la naturaleza!

Cómo rutila el sol!

Como ríe la campiña!

5 Florea urgentemente

De cada rama

Y mil salen

de la mata

Y alegría y encanto

10 De cada pecho.

O tierra, o sol!

O dicha, o regocijo.


O cariño, o amor!

Así el aúreo hermoso,

15 como nubes matinales

sobre cada fisgón!


Tú bendices vistosamente

El campo fresco,

en vapor de florecimiento

20 el mundo entero.

O muchacha, muchacha,

Cuanto te amo yo a ti,

Cómo miran tus ojos!

Cómo me amas tú!

25 Así ama la alondra

El canto y aire,

y me das juventud

alegría y valor


A las nuevas canciones

30 Y das bailes.

Sé feliz para siempre,

como tú me amas!



(1) http://www3.karlsruhe.de/servlet/is/83099

(2) http://www.sessenheim.net

(3) Meißenheim: Nachfahren auf den Spuren von Friederike Brion ...

(4) http://www.goethezeitportal.de/index.php?id=803

(5) La traducción del poema "Mailied" al castellano es mía. Qué regocijo es traducir lírica del idioma de Goethe al idioma de Cervantes.

1 comentario:

Martin Seemann dijo...

Lo escribió en el 71