domingo, 17 de enero de 2010

EL DIOS DE LOS ELFOS / DER ERLKÖNIG DE GOETHE

Arriba, portada del libro „Obras selectas“ de Johann Wolfgang von Goethe. Más abajo un trabajo pictórico de Edmund Brüning basado en el poema de Goethe „El Dios de los Elfos“. Fuente fotográfica (1)

Por Jose Carlos Contreras Azaña


Triste es cuando un hijo entierra a su padre, pero más triste es cuando un padre entierra a su hijo. Mis padres lo experimentaron en carne propia. En los brazos de mi madre murió una tarde de enero mi segundo hermano. Todas esas imágenes me han venido ahora en que todos apuntamos nuestros ojos taciturnos hacia Haiti. A veces me da miedo sentir esa emoción distante en los ojos de mucha gente que se sienta delante del televisor para ver tanta desgracia comiéndose una hamburguesa o un puré de patatas. Corremos el peligro inminente en caer en la marea de la banalización del horror mientras la información del lugar de la catástrofe fluye por el orbe. Loable es la ayuda humanitaria que llega de todas partes del mundo. Dentro de poco, cuando Haiti ya no sea más noticia, se habrán olvidado de ella. Todos nos habremos olvidado de ella. Espero que no sea así.


Antes del terremoto de Haiti andaba traduciendo uno de los poemas más hermosos que haya leído en mi vida: „Der Erlkönig“ de Johann Wolfgang von Goethe (lo he traducido para hacer feliz a una de mis alumnas, Frau Vogel, que es de Hamburgo y adora a Goethe y lo quería leer en castellano). Este poema habla de la muerte, de la muerte de un niño en los brazos de su padre quien cabalga a toda prisa para salvarlo cruzando el boque en la oscuridad. Leer el poema en alemán (en español se traduce como „El rey de los Elfos“) te pone la carne de gallina. Y sobre todo te invita a una infinidad de interpretaciones: un corcel que galopa llevando a su amo y éste en sus brazos a un pequeño moribundo. El escenario es oscuro, y en él podemos imaginar un bosque lleno de abetos o encinas.


Goethe lo escribió en 1782, siete años antes de la Revolución Francesa. A pesar de su ambigüedad es rico en imágenes, y por supuesto en interpretaciones: un padre cabalga y lleva en sus brazos a un niño. El niño tiene alucinaciones y cree ver entre las ramas del bosque al rey de los Elfos, pero el padre le indica que lo que ve solo es la neblina que se ha sentado sobre el bosque. El niño sigue observando otras cosas mientras agoniza. Ve a las hijas del rey de los Elfos, y otros detalles que va describiendo y que llegan a preocupar al padre por lo que éste se ve obligado a acelerar al caballo para acercarse al recinto donde presumiblemente será curado. Sin embargo el infante muere en sus brazos.


A pesar de la temática del poema el goce estético que regala es insuperable. Pocos poemas como este ( léase "Masa" de Vallejo, "Tierra baldía" de T. S. Eliot, "Tabaquería" de Pessoa o "La ciudad" de Kafavis, etc.) me han dejado tanta huella en mi pobre vida de lector, pero es que este poema de Goethe nos plantea una infinidad de enigmas y sobre todo mucho trabajo para desentrañar de él la madeja del misterio de su discurso poético. Cada lector tiene el derecho de interpretarlo a su manera. No se olviden que la poesía es la simbiosis de sonidos e imágenes en estructuras de palabras que liberan la imagianción y, por ende, al hombre.


Regresando al tema fundamental del poema „Der Erlkönig“: la muerte, se dice que el ser humano tiene varias muertes. Una de ellas es cuando el niño deja de ser niño. En ese sentido la mencionada transformación psíquica y biológica sería una de las interpretaciones que podemos hacer de „Der Erlkönig“, porque en sus versos se habla que un niño agoniza sobre los brazos del padre que cabalga, tiene alucinaciones y ve a las hijas del rey de los Adelfos. Exteriorizando con ello un mundo de ideas fantásticas y eróticas que le remiten a la llegada de la pubertad. El niño a muerto en el bosque mientras observa a las hijas del rey en un oscuro lugar (2).





DER ERLKÖNIG


Johann Wolfgang Goethe


Wer reitet so spät durch Nacht und Wind?
Es ist der Vater mit seinem Kind;
Er hat den Knaben wohl in dem Arm,
Er faßt ihn sicher, er hält ihn warm.

"Mein Sohn, was birgst du so bang dein Gesicht?"
"Siehst, Vater, du den Erlkönig nicht?
Den Erlenkönig mit Kron und Schweif?"
"Mein Sohn, es ist ein Nebelstreif."

"Du liebes Kind, komm, geh mit mir!
Gar schöne Spiele spiel' ich mit dir;
Manch' bunte Blumen sind an dem Strand,
Meine Mutter hat manch gülden Gewand."


"Mein Vater, mein Vater, und hörest du nicht,
Was Erlenkönig mir leise verspricht?"
"Sei ruhig, bleibe ruhig, mein Kind;
In dürren Blättern säuselt der Wind."

"Willst, feiner Knabe, du mit mir gehn?
Meine Töchter sollen dich warten schön;
Meine Töchter führen den nächtlichen Reihn,
Und wiegen und tanzen und singen dich ein."

"Mein Vater, mein Vater, und siehst du nicht dort
Erlkönigs Töchter am düstern Ort?"
"Mein Sohn, mein Sohn, ich seh es genau:
Es scheinen die alten Weiden so grau."

"Ich liebe dich, mich reizt deine schöne Gestalt;
Und bist du nicht willig, so brauch ich Gewalt."
"Mein Vater, mein Vater, jetzt faßt er mich an!
Erlkönig hat mir ein Leids getan!"

Dem Vater grauset's, er reitet geschwind,
Er hält in Armen das ächzende Kind,
Erreicht den Hof mit Müh' und Not;
In seinen Armen das Kind war tot.



EL REY DE LOS ELFOS



Johann Wolfgang Goethe

Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña



¿Quién cabalga tan tarde a través de la noche y el viento ?
Es el padre con su primogénito;
Tiene al niño a buen recaudo en su brazo,

Lo lleva seguro, lo calienta en su regazo.

"Hijo mío ¿Por qué escondes temeroso tu rostro?"
"¿No ves padre al Rey de los Elfos ?
¿El Rey de los Elfos con corona y cola?"
"Hijo mío eso es una estría de niebla."

"¡Querido niño ven, vente conmigo!
He de jugar maravillosos juegos contigo,
Algunas policromas flores están a la orilla de la playa,
Mi madre posee algunos trajes dorados."

"Padre mío, padre mío ¿no escuchas
Lo que el Rey de los Elfos me promete murmurando?"
"Tranquilízate, permanece tranquilo hijo mío;
El viento columpia las hojas secas. "

"¿Quieres, fino pimpollo, venir conmigo?
Mis hijas te van a cuidar y mimar;
Mis hijas van a danzar en la noche,
Y te mecerán y te bailarán y cantarán."

"Padre mío, padre mío ¿no ves acaso allá
a las hijas del Rey de los Elfos en ese oscuro lugar?"
"Hijo mío, hijo mío, lo veo claramente:
Se ven aparecer los viejos y grises sauces."

"Te amo; me encanta tu hermosa figura;
Y si no me haces caso entonces usaré la fuerza."
"¡Padre mío, padre mío, ahora me toca!
¡El Rey de los Elfos me ha herido!"

El padre se aterroriza y cabalga deprisa,
Lleva al niño que gime en sus brazos,
Llega a la alquería con dificultad y apuro;
En sus brazos el niño estaba muerto.



(1) www.goethezeitportal.de

(2) http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=6967941556503127101

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